La ducha, bañera, tina, como la quieras llamar, es un espacio que habitualmente usamos y qué tal vez no seas consciente que en el fluir del agua se genera claridad en tus pensamientos, se encuentran soluciones, las ideas se ordenan y si no tenías algo concreto se te ocurre una nueva manera de abordar eso que tenías estancado o en proceso.
Pues bien, ahora que ya sabes que el agua es conductor de energía, puedes tomar una ducha para aclararte, relajarte y tomar un hábito de pensamiento para ordenar tus ideas y resolver problemas, si son creativos, ¡mucho mejor!
Notita: Siempre salgo de la ducha corriendo a escribir lo que se me ocurre, desde una solución estratégica de mi trabajo con libretos, soluciones del hogar, nuevas formas de crear actividades, hasta resuelvo emociones enredadas.
¿De qué otra manera o en qué actividad te ocurre esto?
¿caminando, nadando, tomando el sol?
¡Cuéntanos!
Story Hacker