Entendí que necesitaba cerrar los ojos, estar en reposo y volver a hacer nada. Hay que aceptar que tenemos un ritmo interno diferente al que nos demanda el exterior. El mío es el ritmo de un caracol que va dejando rastro a medida que avanza, porque mi huella es muy importante y siempre hay que detenerse, sentirse hacia adentro y agradecer ser una misma: y así podrás usar tus alas.
(Tal vez es importante escuchar a los holandeses con su práctica: Niksen)
Aunque estemos en un mismo lugar físico, los cambios internos están incomodando nuestro estar en el mundo. Por eso te regalo esta canción: Take it easy my brother Charlie, la escucho (y bailo) cada vez que necesito estar chill respecto a los cambios. Cuando la canto parafraseo los versos y me digo a mi misma: Take it easy my sister Jules!
Hay un video juego que parece ser una segunda vida, lo jugué en la adolescencia tardía, y ahora en mis ratos de domesticar la cocina, no lo juego pero veo como otros lo juegan y cumplen retos de historias que se inventan a modo de series de drama y comedia, es muy interesante cómo se sumergen en esas historias y las comparten. He estado tentada a crear algo así, pero sería una adicción poco conveniente en estos momentos de reorganización vital. Por ahora, prefiero hacer nada en el sofá.
Ahora, me despido, espero que entre la subjetividad de mi mente hayas tenido un momento de la tarde placentero, y quizás hayas sonreído.