Ciudad Gris,
9:52 a eme
De fondo suena: lifetime with you
Querida persona que me lee,
Empiezo a escribir esta carta con una sonrisa de ternura que me produce Pixel (mi gata), que me mira con ese amor intangible, tan imperceptible que realmente solo se puede sentir por la energía. Luego su mirada intensa se convierte en un maullido cálido, siempre corresponde a mis conversaciones, sobre todo cuando le canto, ahora se me lanza, pidiendo mimos y abrazos, el ser que más me abraza es mi gata, es increíble como ama que estemos arrunchadas, me busca para hacerlo (y se impacienta si no seguimos esas rutinas que a veces se salen del horario de rutina gatuna y me sorprenden, tiene alma de niña juguetona). Podría pasar días enteros abrazada a mi gata, escuchando su respiración ronca, sería tan lindo que la vida fuera así de sencilla, como echarnos a abrazarnos y escuchar el latido del corazón de la otra. Estoy muy feliz de que Pixel me elija todos los días, me llena de vida y amor.
Creo que no había dormido tan bien… aunque tuve dos sueños maravillosos que me alegraron las mañanas, como si eso que sueño y anhelo estuviera sucediendo en la vida real. Y mi mañana tibia, en medio de mis páginas matutinas y mi gata lamiendo mis nudillos mientras escribo son fiesta, qué más se le puede pedir a la vida, si respiro amor y amora también.
Ahora que comparto con tantas mujeres siento que volví a mi ser magnético que irradia alegría, comprensión, es como si ya pudiera hacer lo que quiero… luego viene la marea de lágrimas… el miedo de avanzar y errar… A veces quiero tener veinte de nuevo, esa Juliana empresaria/artista que no le temía a nada, ni a nadie. Ahora pienso más… y por eso me ahogo en ese bucle. Luego me encuentro con alguna mujer que me da la vuelta y me hace pensar que todo lo tengo adentro, porque es así, todo lo puedo, todo lo podemos.
(Aquí aclaro que ese bucle se debe a que llevo semanas aplazando todo lo que tiene que ver con distribuir mi novela, en crear los eventos… en pocas palabras venderla… seguro que llegará algo o alguien que me guíe… pero ahora quisiera cambiar de puesto con mi gata y dormir todo el día enrolladita en mi vientre y jugando con mi cola).
Después del vértigo, de caminar en círculos, de pararme cien veces, abrir y cerrar archivos, de abrir y cerrar un chat donde siempre encuentro sonrisas. Vuelvo a la realidad, ya con la cuerpa cansadísima, escucho algo de música, ojalá algún descubrimiento como el que te puse al inicio de esta carta, y me voy a otro planeta, a respirar en un mundo posible. Y claro que Pixel está ahí, su panza es mi remanso, escuchar su respiración es mi morada, (ojalá fuera humana, pienso muchas veces, luego se me pasa, porque no sería lo mismo).
Aprovecho para darte ánimos por medio de un puente de aliento y buena vibra. Reconozco en ti ese renacer constante, el crecimiento personal en el que te envuelves y con el que te reflejas cada mañana. Gracias por leerme del otro lado, aunque no te conozca a profundidad sé que en las palabras creamos un puente.
Eres una persona maravillosa que me alegra tener en mi vida, en un crecimiento y acompañamiento mutuo.
Espero que puedas remar y encontrar de nuevo el equilibrio, aquí estoy si alguna vez quieres escribirme una carta que funcione como un abrazo.
Mucho amor para ti, entera.
Sinceramente,
P. D. (Sonrisa)